Anunciamos el primer Misterio
La Encarnación del Hijo de Dios
«Al sexto mes el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea,
llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José,
de la estirpe de David;
el nombre de la virgen era María» (Lc 1,26-27).
«La anunciación de Maria inaugura la plenitud de «los tiempos» (Gál 4,4),
es decir, el cumplimiento de las promesas y de los preparativos» (CIC, 484).
Ahora realizamos una breve pausa para la reflexión sobre el Misterio.
Proseguimos con un Padre Nuestro
Padre Nuestro
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal.
Amén.